Sople aquí y pida un deseo

El último libro que me he leído -y al que dedicaré próximamente una entrada completa porque se lo merece-
es el de: "El Mundo Amarillo. Si crees en los sueños ellos se crearan" (Albert Espinosa).

 He robado uno de sus capitulos que me viene muy bien  hoy que es mi cumpleaños y en el que decía lo siguiente:

" Recuerdo que la madre de Antonio nos contaba que debíamos soplar y pedir deseos. Nos contaba que la gente sólo sopla para pedir deseos en los cumpleaños, porque piensan que los cumpleaños tienen poder, pero lo que no saben es que el poder lo tiene el soplo".

Me encantaba la madre de Antonio, siempre nos contaba historias fabulosas llenas de ejemplos. Nos explicaba , entre muchas más cosas , el poder del soplo. Nos hablaba de las madres que soplaban las heridas de sus hijos que se habían caído de la bicicleta, de rasguños que se curaban con soplidos y un poco de agua oxigenada. El superpoder del soplo...

Soplo dos o tres veces por semana, sin razón aparente; cuando lo necesito. Como decía la madre de Antonio, los soplidos se acumulan en nuestro interior y hay que sacarlos, hay que extraerlos. Creo que sin saberlo, el organismo nos ha dado un arma contra la mala suerte; el problema es que la cotidianidad de ese superpoder ha hecho que no la percibamos...

Instrucciones para pedir un deseo:

1 . Se pone la boca en forma de O.
2. Se piensa un deseo , pero piensa que quizá se cumplirá. Los deseos deben ser deseados, no vale cualquier cosa.
3. Sopla. Y recuerda: cuanto mayor es el deseo, mayor ha de ser el soplido. Lo ideal es que soples hastas que no quede nada dentro. Quédate sin soplido.


Anoche estuve pensando que podría poner hoy en el blog con motivo de mi cumpleaños. Para ello diseccione mentalmente la archiconocida canción para este día. Con tal mala suerte que por lo complicado de la letra (XD) , mi memoria se iba lejos e imaginaba como habría sido exactamente ese día en que yo nací. Me vinieron a la mente imágenes que nunva vivi en primera persona pero que otros contaron para mi. El llanto esperado, a prueba  mis pulmones y los oídos de mis padres . El rostro enrojecido, la cara arrugada pidiendo a gritos quedarme ahí. De repente una mirada hacía mi derecha, arriba, un poco difuso, ahi podría haber distinguido el rostro de mi madre. Me agarré con la destreza de las manos de los bebes al dedo índice como si de ello dependiera mi vida. Como si en lo alto de un andamio me encontrase, abajo la muerte bajo mis diminutos pies.  Teniendo la certeza años más tarde que ese sentimiento de supervivencia había sido también al reves, y que yo había llegado quizás en áquel momento para a su vez darle sentido a la vida de otras personas.

Nací antes de tiempo, sietemesina. De nuevo una mala noticia , no dieron esperanzas. Fuí como esos premios que te tocan y al momento te dicen que se han equivocado y que el número cantado no era el correcto. A través del cristal de la encubadora me miraban con ojos que no querían ver. Mis pies y mis manos se agitaban sin cesar, mi pañal era más grande que yo. Pese a mis ganas de querer vivir, no queria comer, y eso que nací precisamente a la hora del medio día según me cuenta mi padre. Pero dicen que los libra son muy tenaces, o quizás lo diga yo porque siento que este podría ser uno de mis fuertes. También había una leyenda de dos mellizos , donde uno de ellos nació con una malformación pulmonar pero que sobrevivió gracias a que  su hermano dentro de la cuna le abrazaba. Quizás el sentir ese calor y ese ánimo, todo siguio su rumbo gracias al poder en esta ocasión , en vez de al poder del soplido, al poder del abrazo. Yo no tuve mellizo, sola, desprotegida, como nacemos la mayoría. No tuve ese abrazo, pero las ganas desde fuera y los rezos a alguien invisible surtieron su efecto. Mi madre pese a todo lo pasado, o más bien sobrevivido hasta áquel entonces tenia una entereza que pareciera que aun habiendo pasado un ejército de soldados por encima de ella no podrían acabar con una cosa: ilusión y fuerza.

Estoy segura que ella agotó todos sus soplidos para pedir un único deseo y fue por lo que yo hoy puedo sentir aquello de cumplir años con más orgullo que nunca...



*¿Qué deseo pedirías hoy , ahora que sabes aquello del poder de los soplidos?