Cuando la cabeza te dé vueltas y el cerebro quede insensible, Cuando creas que eres demasiado viejo, demasiado joven, demasiado listo o demasiado tonto. Cuando te estés quedando atrás, perdiendo el paso. Arrastrándote lentamente en el agitado curso de la vida. No importa lo que hagas si empiezas dándote por vencido.
Y mañana por la mañana parece estar demasiado lejos. Y sientes que las riendas de tu pony se te escapan. Y la cuerda se te escurre por que tienes las manos húmedas. Y tu desierto cubierto por el sol y tus valles siempre verdes, se vuelven barrios bajos deshechos y callejuelas llenas de cubos de basura. Y tu cielo llora agua y tu cañería de desagüe vierte líquido.Y el relámpago flamea y el trueno restalla. Y las ventanas tabletean y se rompen y los tejados se estremecen. Y todo tu mundo se cierra con estrépito. Y tus minutos de sol se vuelven horas de tormenta. Y de vez en cuando te dices a ti mismo “Nunca supe que fuera a ocurrir así… ¿Por qué no me lo dijeron el día que nací?”. Y empiezas a sentir escalofríos y a dar saltos por culpa del sudor. Y estás buscando algo que no has encontrado del todo todavía. Y andas metido hasta la rodilla en agua sucia con las manos al aire.
Y hay algo en tu mente que te gustaría estar diciendo. Que alguien en algún lugar debería estar escuchando. Pero sigue atrapado en tu lengua y aprisionado en tu cabeza.Y eso te molesta horrores cuando estás tumbado en la cama y por mucho que lo intentas no puedes decirlo. Y hasta en el alma tienes miedo al pensar que podrías olvidarlo. Y tus ojos nadan por las lágrimas que hay en tu cabeza. Y tus almohadas de plumas se convierten en mantas de plomo. Y la boca del león se abre y miras fijamente sus dientes y su mandíbula empieza a cerrarse contigo dentro. Y estás boca a bajo y tus manos están atadas a la espalda y desearías no haber seguido aquella señal de desvío.
Y te preguntas qué demonios estoy haciendo En esta carretera por la que voy caminando, en esta senda que estoy tomando . En esta curva que estoy dando. En este camino que estoy recorriendo, en este sitio que estoy ocupando. En este aire que estoy respirando .
¿Tan confundido estoy, tan totalmente confundido?
¿Por qué estoy caminando, hacia dónde estoy corriendo?
¿Qué estoy diciendo, que estoy aprendiendo?
De esta guitarra que estoy tocando, de este banjo que estoy acariciando. De esta mandolina que estoy rasgueando, de esta canción que estoy cantando. De la melodía que estoy tatareando, de las palabras que estoy escribiendo. De las palabras que estoy pensando. De este océano de horas del que bebo continuamente ¿A quién estoy ayudando, qué estoy destrozando? ¿Qué estoy dando, qué estoy recibiendo?
E intentas con toda el alma no pensar esos pensamientos y no permitir que ganen terreno. O que hagan que tu corazón lata con más fuerza. Pero tú sabes por qué dan vueltas a tu alrededor. Esperando una ocasión para salir y dejarse caer. Por que a veces los oyes cuando la noche se cierne furtivamente. Y tienes miedo de que puedan sorprenderte durmiendo. Y saltas de la cama, del último capítulo del sueño. Y no puedes recordar por más que lo intentas si eras tú quien daba gritos en el sueño.
Y sabes que es algo especial lo que necesitas. Y te das cuenta de que ninguna droga hará nada por aliviarte y que no hay alcohol en la tierra que logre que tu cerebro deje de sangrar. Y necesitas algo especial.Sí, necesitas algo especial, de acuerdo.
Necesitas un tren que vuele rápido sobre una vía de tornado para que te lance a algún lugar y te traiga de regreso. Necesitas un ciclón sobre la sirena de una máquina de vapor que siempre ha estado haciendo ruido y tronando y soplando que conoce tus problemas más de cien veces. Necesitas un autobús Greyhound que no prohíba raza alguna, que no se burle de tu aspecto, tu voz o tu cara. Y que cualquiera que sea el número de apuestas en el libro siga rodando mucho tiempo después de la manía del chicle. Necesitas que abra una nueva puerta para mostrarte algo que ya has visto antes pero que pasaste por alto unas cien veces, quizás más.
Necesitas algo que te abra los ojos. Necesitas algo que te haga comprender que eres tú y nadie más el dueño del sitio que ocupas, del lugar en que estás sentado. Que el mundo no te tiene vencido Que no te tiene derrotado. No puede volverte loco no importa cuántas veces puedas ser maltratado. Necesitas algo especial, de acuerdo. Necesitas algo especial que te dé esperanza, aunque esperanza sea sólo una palabra que quizás dijiste o quizás oíste en el rincón de alguna curva muy abierta.
Pero eso es lo que necesitas y lo necesitas de verdad, amigo Y tu problema es que lo sabes demasiado bien. Porque parece que empiezas a sentir escalofríos . Porque no puedes encontrarlo en un billete de dólar. Y no se encuentra en el antepecho de la ventana de Mary. Y no se encuentra en el mapa de carreteras para niños ricos. Y no se encuentra en el club de estudiantes para niños ricos . Y no se saca de ninguna semilla de trigo de Hollywood. Y no se encuentra en ese escenario de débil iluminación.
Que por mucho que frotes . No encontrarás en el resguardo del billete. No, no está en los chismes que la gente te está contando. Y no está en la loción contra granos que la gente está vendiéndote. Y no está en ninguna casa hecha con una caja de cartón. O bajo la blusa de ninguna estrella de cine. Y no puedes hallarlo en el campo de golf. Y el tío Remus no puede decírtelo y tampoco Santa Claus. Y no está en el peinado de crema o en los vestidos de algodón dulce Y no está en los maniquíes de los almacenes baratos ni en los comics de los chicles. Y no está en los ruidos de malvavisco de las voces de pastel de chocolate
Que vienen llamando y golpeando en la envoltura navideña Diciendo: ¿no soy guapo, no soy lindo?, y mira mi piel . Mira el brillo de mi piel, mira el resplandor de mi piel. Mira la risa de mi piel, mira el llanto de mi piel. Cuando ni siquiera puedes sentir si tiene entrañas. Esa gente tan hermosa, con sus cintas y sus lazos.
No, ni hoy ni ningún otro día. Lo encontrarás en los umbrales hechos de papel maché. Ni en la gente de dentro hecha de melaza. Que cada dos días compra un nuevo par de gafas de sol. Y que no está en los generales de cincuenta estrellas ni en los farsantes. Que te denunciarían por la décima parte de un penique.
Que respiran y eructan y se encorvan y se rompen. Y antes de que puedas contar hasta diez. Lo harán otra vez pero a tus espaldas en esta ocasión.
Y te gritas a ti mismo y arrojas el sombrero. Diciendo: ¿tengo que ser de esta manera?¿no hay nadie aquí que sepa de qué voy yo? ¿no hay nadie aquí que sepa cómo me siento?Dios Todopoderoso NADA DE ESTO ES REAL
No, pero ése no es tu juego, ni siquiera tu estilo . No puedes oír tu nombre, no puedes ver tu cara Tienes que mirar a otro lado. Y ¿dónde buscas esa esperanza? ¿Dónde buscas ese petróleo que mana a borbotones? ¿Dónde buscas esa vela que brilla? ¿Dónde buscas esa esperanza que sabes que está allí , y fuera de allí en algún otro lugar?
Y tus pies sólo pueden caminar por dos clases de carretera Tus ojos sólo pueden mirar por dos clases de ventanas. Tu nariz sólo puede oler dos clases de vestíbulos. Y puedes tocar y dar vueltas. Y girar dos clases de picaportes. Tu puedes ir a la iglesia que se te antoje. O puedes ir al Brooklyn State Hospital. Encontrarás a Dios en la iglesia que hayas elegido. Encontrarás a Woody Guthrie en el Brooklyn State Hospital.
Y aunque sea sólo mi opinión. Y quizá tenga razón o quizás esté equivocado.Encontrarás a los dos en el Gran Cañón al atardecer...
Ultimos pensamientos sobre Woody Guthrie por Bob Dylan
Fuente: http://www.goddylan.com/index.htm
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